sábado, 4 de agosto de 2007

el chino y el cambio

Había una vez un templo oriental. En el templo oriental había monjes orientales.Tenían todos nombres extraños. Nombres compuestos por adjetivos calificativos y sustantivos, que unidos, daban una significación especial. Esos nombres solían ser un peso no confesado para quienes tenían que soportarlos sin queja alguna. Los pocos monjes que lograban salir de su claustro hacia el mundo exterior, lo primero que hacían era cambiar sus nombres por otros más amables y sociales (Así, uno de ellos, pasó de ser un ignorado "Pequeño Saltamontes", al más sofisticado Wain Chain Kein - quien por burla del destino y a pesar de haber pasado meses inventando su nueva denominación, se hizo famoso como "el Kun Fú").Esta es la historia de uno de esos abnegados monjes. Le habían denominado "Escuerzo Desterrado" (por su apariencia de "sapo de otro pozo").Escuerzo Desterrado aprendía todo lo que sabía de su maestro ciego, denominado "Murciélago Encandilado".Día a día, el pupilo y su anciano guía pasaban las horas meditando sobre la existencia del ser, la transmutación de las diferentes vidas reencarnadas, la peligrosidad de la sal para el colesterol malo y los efectos nocivos de ser escrachado en el boletín interno del templo.-La vida es una eterna rueda, donde las cosas se repiten constantemente, sin cambios reales... - decía concentrado el maestro, mientras meditaba bajo los árboles del jardín oriental.-Yo creo que las cosas cambian- decía el pupilo.-Tu arrebato juvenil te confunde- explicaba el anciano.- En el fondo, las cosas permanecen inalterables.El día estaba soleado y al más viejo le gustaba aprovechar los climas agradables para salir a meditar al jardín. Se acomodaba en un lugar estratégico, debajo de un álamo centenario que lo cobijaba bajo su frondosa sombra. Su ceguera y sus más de cien años no le permitían moverse con comodidad, por lo que tardaba más de tres horas en cruzar el camino desde el templo hasta el álamo, pero era tal su agrado por el lugar, que asumía el riesgo cuando el día valía la pena.-Las cosas se mantienen, y sólo lo superficial se mueve. Las cosas se mantienen, permanecen inmutables.El sol empezó a cubrirse y una tormenta repentina empezó a imponerse en el cielo.-Lo real es lo que perdura. Las cosas no cambian - repetía el maestro.El joven, que vio venirse el vendaval, y que se aburría rápidamente de la monotonía de sus charlas con el guía, empezó a aprestarse para volver al templo.-Ha cambiado el clima, está por llover, volvamos - dijo en voz baja (al viejo no le gustaba que lo distrajeran de sus cavilaciones).-Las cosas no cambian - repetía el viejo sin escuchar al interlocutor.-Me voy al templo... Ud. viene?-Las cosas no cambian...El joven salió corriendo cuando las primeras gotas empezaron a caer como bombas de agua. Antes de llegar al templo ya caían piedras de medio kilo cada una. Y cuando se dio vuelta para ver a su maestro, ya el fuego de un feroz rayo estaba devorando el álamo centenario, y al propio sabio.-¿Y el maestro Murciélago Encandilado?- le preguntaron, preocupados los otros monjes.-En el jardín, meditando - dijo el pupilo.Chamuscado por el fuego, un pedazo de braza de la que sólo se reconocían los dientes y los ojos, el viejo seguía sentado en su posición de loto, como si nada hubiese pasado...Por primera vez en ciento siete años, el viejo maldijo, pensando en el placer oculto de su joven alumno.- Ya lo sé... ya lo sé...- dijo, masticando su orgullo...- Algunas cosas cambian... (una nube de humo gris emanaba se su cuerpo ardido...)Moraleja: Sólo un ciego cree que todo sigue igual. LAS COSAS... CAMBIAN!!!!Hagan sus aportes señoras y señores: sean positivos y propongan cambios inteligentes. No hay por qué resignarse a nada si la causa es justa, positiva e inteligente: las cosas cambian!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

(Escrito para un empleado de mi equipo, allá en 1997. Luego publicado en el house organ de la empresa, como de autor anónimo, en el mismo año)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese empleado era yo!! guauu!! Que emoción leerlo, recuerdo como nos mandábamos cuentos sobre el maestro y el discípulo, pagaría por leer alguno que te escribí.. Desde ya no puedo resistirme a la tentación de retomar estos diálogos, así que destrabó mis dedos y comienzo!!

Maxi dijo...

sigo pensando!!! 10 años pasaron ya!!!!..la puta madre!