viernes, 13 de agosto de 2010

MISTER MAGOO...CIEGO DEL ORTOOOOOOO !!!!


Hoy mi amigo.. Vamos a llamarlo “Tito” para conservar su identidad, se conecta al MSN y me dice, donde estas boludo! En México le respondo.. uhh no ¡! Tengo que contarte algo urgente.. Que paso Tito… No no,, te lo tengo que contar,; Conéctate al Skype ya!!!
Me conecto y luego de 20 minutos ininterrumpidos donde no paro de hablar, estaba desbocado.. Tito cree haber encontrado el amor de su vida.. Pero lo mejor de esto es que no la conoce y ella a él tampoco!!!
Hay que ser valiente para reconocer un amor a primera vista. No cualquiera se confiesa tan impulsivo, tan pasional, tan arriesgado. Hay que ser audaz para decirle al mundo que uno se ha enamorado sin más, sin saber si el otro es un asesino, una psicópata o una retrasada mental. Y por más difícil que resulte avalar tal disparate, hay que concederle a Tito algún crédito por ser sincero; porque hay mucha inocencia en alguien tan precario y limitado en cuestiones amorosas. Repito, no cualquiera se admite tan peligrosamente superficial ante los demás.
De todas las pavadas del mundo, sin duda la más absurda es el amor a primera vista. Es el vicio de los amantes ilusos, de los místicos, de los frívolos y de los necios. Es la confusión entre la cabeza y el cuerpo, la torpe intención de cifrar un sofocón en algo duradero.
Y contra todo lo que pensamos, el amor a primera vista no es la juventud y la ternura. Es la primavera de la frivolidad, el encuentro de dos personas que consienten haberse enamorado en el preciso momento en que se vieron, sin saber si el otro leía, escuchaba cumbia villera o prefería el campo a la ciudad. Para ellos, el amor depende de una blanca fila de dientes, una linda remera o un auto descapotable, y las demás cuestiones pueden verse con el tiempo.