lunes, 15 de febrero de 2010

mierda

y esta heladera, vacía. ahora que muero por tomar algo fresco. ni una botella de agua. cómo pude haber vivido con alguien que ni siquiera podía llenar la botella de agua y ponerla en la heladera. un tomate, medio limón. los restos de vaya a saber qué cena... un frasco casi vacío de mayonesa. cómo pude vivir con una mujer que no me hablaba. nunca habló, nunca me decía nada. siempre esa mirada. y yo, que me he desvivido por suponer lo que me decían sus ojos. un boludo que intentaba descifrar el mensaje de la nada. ese ahogo que me provocaba cuando le reclamaba, cuando le rogaba, cuando le gritaba que me dijera qué mierda le pasaba. pero ella nunca nada. solo me miraba. un infeliz, que traducía los silencios de esos ojos, clavados, abiertos hasta lo imposible... mirándome. qué mierda quería decirme. una tipa que ni siquiera comía, que ni siquiera tomaba agua. solos, estuvimos siempre solos, a pesar de que trajo sus pocas cosas, a pesar de que me abrazaba fuerte. y me conmovía, después de hacer el amor, cuando dormido, en medio de la noche, la sentía rodearme, el latido de su cuerpito, despierta en la oscuridad, callada. qué me creí? un heroe?... un salvador?... vaya a saber qué mierda me crei, dios mio... cómo dejé que pasaran los días, diecinueve días con la mina en mi casa, en mi cama, y ella nunca me supo decir más que lo mínimo. y ahora, acá, en pelotas, ni siquiera tengo agua fresca, y me muero de la sed, y del calor, y del dolor de sus uñas, en mi brazo. me clavó las uñas, mierda, me clavó las uñas mientras le preguntaba: qué querés de mi, qué querés de mí... hablame, y no me daba cuenta de lo fuerte que me estaba agarrando el brazo, ni de sus uñas... me lastimó. no senti nada, fijos mis ojos en los suyos, tratando de adivinarla. ella mirandome, siempre mirandome, muda, aun cuando le grité: decime que mierda queres de mi... por favor, decime que mierda queres de mi. y cuando se levantó, recien noté las marcas de las uñas. no vuelve mas, no la voy a ver mas... me dejó con todas estas preguntas, y con esta sed que no voy a calmar, ni aun cuando baje a buscar algo para tomar... mierda... cómo soporté que no me hablara. como soporté que me mirara así, en silencio, con esos ojos, sin decirme una palabra...