De nuevo, se decía,
no podía escapar a la servidumbre
de la repetición de lo mismo y su retorno
La de crear al otro a imagen y semejanza de sus desdichas
para creerle,
para echarle, después, la culpa.
Ponía todo el empeño
en erigir el espejismo
que terminaba por capturarle
Fascinación y ceguera;
de perpetuar el amor
en el sublime instante del enamoramiento
Como si fuera posible
1 comentario:
a veces lo posible es cuando sucede. Y se invierte el espejismo. Entonces vamos abandonando el refugio cómodo de la culpa, de hecharla sobre el otro. A veces el enamoramiento nos fuga hacia adentro. Así vale la pena.
Publicar un comentario