viernes, 23 de abril de 2010

extrañando a los eternos

shic... shhhiiic... shic... shhhiiic... los zapatos negros de la abuela lola que viene o se va. la carne de las manos desaparecida, huesitos y piel de hule, venitas azules, montañas y desiertos blancos entre esos dedos ancianos...las manos de la abuela lola. celeste gastado, como el de una cortina a la que le ha dado demasiado tiempo el sol, pestañas ralas, dos pequeñeces que se reavivan con el susto de la tormenta o el ruido de un portazo... los ojos de la abuela lola. olor a cuero mezclado con azahares de alguna colonia, como el de una caja de perfume vacía hace rato...el aroma de la abuela lola. me marcaron los viejos. la lola, la maria, la carmela, la tia josefina y la tia ñata. y el nono paez, en mi adolescencia, enamorandome con sus historias y su elocuencia de señor del pueblo. viejos solidos, lucidos, penetrantes, influenciantes. si tenes un niño, vinculalo a un viejo. permiti ese encuentro. los extremos se atraen. se definen. se impresionan mutuamente. y se hacen falta.

2 comentarios:

Esculapio dijo...

qué groso. La piel de hule, los zapatos, las venitas, los ojos. Y los extremos que se hacen falta.
Cuanta falta nos hacen los extremos, no?

LA DOLILA dijo...

Los olores!!! yo me quejo de mi falta de olfato...pero como me traen los olores el recuerdo de esos viejos!!!La Ñata olía a Colonia inglesa, la Carmela a una mezcla de miel, naftalina y menta, la nona a polvo Angel Face y a tuco, el nono a Colgate,la abuela Lola a 2do.debut, a colonia gelatti y a veces...a pis, la Josefina a caramelo de frutillas o de uvas (lo dije...mi olfato...), pero ciertamente a caramelo...Realmente que groso!!! que maravilla nuestra convivencia con esos viejos...