viernes, 5 de marzo de 2010

Pesadilla


Despertó de golpe. Un sudor frío le oprimía las sienes. La sangre se agolpaba en oleadas densas contra su pecho . Una sensación de extraña inquietud subía desde sus entrañas al infinito, la pesadilla huía en fragmentos fugaces hacia un territorio arcaico. El sueño se disipaba en una loca estampida de imágenes en retirada (como en los trenes subterráneos, las luces de las estaciones). Despertó de golpe, sin haber dormido.

2 comentarios:

lión dijo...

las pesadillas son mensajes del alma: "uno puede estar peor", eso advierten. son desagradables, agoreras, se sufren. pero hay un respiro, cuando en la vigilia, descubrìs que fueron eso, sueños.
a la mierda - cuando se trata de las pesadillas - con aquello de que soñar no cuesta nada.
cuesta. soñar una pesadilla cuesta porque se cobra conciencia de que se puede estar peor. un viaje a un lugar, a un estado, a un momento que nos provoca profundo temor. y la satisfactoria sensación al descubrir que fue solo un sueño, no es suficiente, porque el temor, el terror de lo sufrido mientras dormíamos, perdura días, y a veces, hasta toda la vida.

Esculapio dijo...

Para despertar no es preciso haber dormido. Está bien. Es necesario saltar hacia la realidad, activar la percepción. Parece que desde ahí huyen las pesadillas en fragmentos. O no, pero uno puede hacerles frente.