jueves, 8 de octubre de 2009

minihistoria

te pintás las uñas asi, con la punta de la lengua apenas asomando, y moviendola arriba, abajo, arriba, abajo, siguiendo el movimiento del cepillo de esmalte. en tu cabeza, una toalla. solo vos mujer, podes armar con un retazo de tela semejante cofia, que te hace altiva, sofisticada, exótica. la pierna del pie cuyas uñas están bañando de rojo, cruzado y apoyado sobre la mesa del living. el resto de tu cuerpo desnudo, cubierto desde debajo de tus axilas y envolviendo el pecho y hasta bastante mas arriba de tus rodillas, enfundado en otro toallon, humedo aun con el agua de tu cuerpo, despues de la ducha. yo estoy aca, mirandote. aunque disimulo no hacerlo. mientras vos crees que me encuentro enfrascado en ese programa de televisión al que ni siquiera registro. te miro, mujer, tan mía, tan relajada, tan domesticamente natural y desprotegida. las mujeres son como esas bestias de la selva, que aun cuando creen que nadie las rodea, se muestran imperturbablemente bellas y eternamente vivas.

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