martes, 15 de julio de 2008

Señales que indican la vejez

Estás en una librería, por ejemplo -y digo por ejemplo para tratar de eludir la solemnidad que proporciona un hecho verídico-, se acerca una nenita con mirada tierna y te pregunta: señor, ¿cuánto sale esta libretita? De pronto desaparece casi intuitivamente, ferozmente, la idea original de ternura y es reemplazada por una angustia que se transforma a su vez en impotencia y desemboca en una ira colosal (siempre quise usar ese adjetivo, y precedido por ira suena mucho mejor). La nena te dijo señor y al mismo tiempo te confundió con un empleado de comercio, mierda, completito, eh, eso sí que es una señal. Y entonces te quedás perplejo un par de segundos pensando en responderle algo así como: “seguramente esa libretita cuesta un poco más que la caja de forros que deberían haber comprado tus viejos para evitarte, pendeja hija de puta”, pero no se lo decís porque ella no tuvo la culpa de haber actuado en consecuencia de una realidad ineludible, característica esencial de todos los niños según la sabiduría popular. Yo no trabajo acá, balbucéas, y ella te mira como diciendo cómo es posible, y se va hasta donde está su mamá pero no deja de mirarte porque para ella siempre serás el señor que atendía en la librería.

Importante: Antecedentes
La primera vez que te dijeron señor fue por teléfono y fue una de esas pelotudas que te llaman para ofrecer alguna cagada. Sí, señor, le explico en qué consiste el servicio…Lo dijo, fue un tincazo en los huevos, te dijo señor la muy hija de puta. Cuesta digerir esa sorpresa, pero cuando comienza a reiterarse este tipo de trato telefónico, tu cabeza, que siempre te engaña porque está en todas, te hace creer que eso pasa porque tenés una voz de macho que mata. Hasta que decubrís que en los bancos, en las cafeterías, en el boliche y en la puta calle, todos, sin excepción todos te dicen señor. Ya nadie te trata de pibe esto, flaco aquello, no, ahora sos un viejo sorete. Pero tu cabeza te vuelve a convencer de lo contrario y vos te la creés porque no te queda otra y te decís: claro!, era la barba, qué boludo, cómo no me dí cuenta antes. Pero ni bien te afeitás, descubrís que no hay vuelta que darle, ya no sos un pibe, asumilo y tu cabeza ya no puede hacer nada al respecto porque sin ir más lejos, en la parte superior queda muy poco pelo, y la verdad no se puede andar todos los días con gorra.

4 comentarios:

sardinasinsodio dijo...

Peor es cuando viene la misma adorable criatura y te dice:

-Don, me dice la hora?.

Don!
Don!... la puta que te parió! (pero si tengo solo... -pensás-, y ahí caés en la cuenta de que en 25 o 30 años más vas a volver a usar pañales)

lión dijo...

era el dia del padre, y la operatoria es un clasico. estoy en la cama, domingo, aplastando algun sueño contra la almohada, y como una tropa de alienigenas invasores, mis hijitos saltan sobre mi. es el dia del padre.
me traen bolsas con regalos, y escritos de su propia produccion, algunos sugeridos por las maestras, otros surgidos de su espontanea creatividad.
"Al mejor papá del mundo", arranca una de las cartas de la princesita de la casa: "sos el mejor, como dicen todos los niños del mundo a sus padres" (ay....), y sigue "Yo te voy a querer siempre y cuando seas un poco mas viejo, te cambiaré los pañales porque te amo".
La carta seguía. Pero ya no pude seguir leyendo. Habré disimulado de alguna manera el espanto de verme segun la perspectiva de Bernardita.
Lo que sería mi futuro, ya es. soy un hombre viejo, al menos desde la mirada de una niña de 9 años.
Vida perra, no vayas tan rapido.
Hijos, no crezcan tan velozmente.
Mas despacio por favor! Que ya no tengo edad para aguantar tanto ritmo y adrenalina...

Esculapio dijo...

Vamos, salgamos de los lugares comunes, por favor!. Aún pueden quedarnos digamos unos 30 o 40 por delante. No es poco. Ni tanto -un amigo decía "recién son veinte, pero YA SON VEINTE" (-de ésto, hace casi veinte).-
A esta altura -que en mi caso nunca fue mucha, ni suficiente- nunca me imaginé las aventuras que tuve, las batallas que perdí, los favores de las chicas que gané. No creí subir más montañas que las del frente de mi casa, ni navegar otros que los mares que naufragué, y que terminan en el barrefondo de la pileta.

Emilio dijo...

sardinasinsodio: Conpartimos la bronca por el "don" y entiendo a calamaro cuando habla de su instinto asesino.

lión: sos un niño, siempre lo serás, por más que alguien con 30 años menos que vos tenga que limpiarte el culo algún día. Será tu hija o tu novia, tal vez.

esculapio: ...el hombre es un microcosmos... me gusta esa imagen mental