Hoy no miro el reloj al llegar
tengo un solo, largo día por delante
con su noche respectiva
Me pondré a esperarte
en la intesección del día en que te conocí,
se encenderá el aire como entonces
y otro rayo fugaz se quemará en tus ojos
Creo que la noche estaba tibia
y que una estrella se desprendió en silencio,
dibujando un arco sutil sobre nosotros
Absorta como estaba
me distraje del cielo,
escudriñando la línea de tu espalda
Recuerdo que tuve
una breve certeza
y fue suficiente
1 comentario:
A veces una certeza puede.
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