Prologo o algo así.
La vida se parece mucho a los zapatos. Parece algo inimaginable pero cuando una persona se sumerge en sus pensamientos, puede hacer grandes descubrimientos, y el mío, es completamente personal, porque es una idea propia. Capaz que alguien ya se concentro en esto, pero para mí es totalmente nuevo. Y lo quiero compartir. Todo comenzó una noche, en que estaba muy aburrida. Cuando no hay nada que hacer, me pongo a pensar. A veces tomarse un tiempo (por más pequeño que sea) para pensar, puede cambiar muchas cosas, y ayuda a encontrarse con uno mismo y la capacidad que contiene de sacar ideas. Bueno, la cuestión es que en esa situación, de aburrimiento, decidí navegar por las profundidades de mi cerebro. Y me puse a mirar los zapatos tacones que me había regalado mi tía. Pero no voy a hablar de suecos, de sandalias, de botas… no, voy a hablar de TACOS. En ese momento de profundidad y silencio, pensé: “la vida es como un zapato” Pero no era todo. Había que justificarlo. ¿Por qué se parecería a los zapatos?
La vida es un zapato. Así, directamente. Si parece raro que alguien como yo venga a decirlo así. Porque la gente solo piensa en lo que dicen las estrellas y la gente importante. Y no se da cuenta de que muchas veces también puede pensar por sí misma. Imagina un zapato. ¿Qué sería de él si no tuviese forma? Bueno, lo más razonable es que no fuera un zapato. Y la vida? Si no le diéramos forma, nuestra forma, si no la moldeáramos a nuestro gusto, si no la acostumbráramos a nuestro mundo. Bah sería cualquier cosa.
Y las prensillas, los moñitos, los brillos, las cintas, o los cordones? Un zapato seria aburrido y sin personalidad, que es lo mismo que un zapato sin colores ¡! Un zapato gris es aburrido y aislado. A menos que fuese combinado, o interferido con algún agregado del dueño, pero eso es otra cosa. Porque el zapato tiene su personalidad sin el dueño.
(Agregado) A veces escribo cosas que solo yo entiendo. Porque vienen de mi cabeza. Pero los demás, las pueden interpretar como lo que se imaginan. Y así está bien. Porque este es un libro para pensar. O de esos que se empiezan a leer y como los necios no los entienden los dejan para cuando son más grandes, en vez de darles un sentido propio.
Pero no nos perdamos: Un zapato tiene un taco. Y un taco puede tener tantas formas ¡! Grande, pequeño, laaaaaargo, corto, ancho, extra finísimo. El taco es el sostén del zapato. Y que sería de nosotros sin el taco? Sin el sostén? El sostén se compone de nuestra familia, de nuestros amigos, de nuestros conocidos. Aquellas personas que nos apoyan y que sabemos que están siempre ahí. En todas. Pero ese es otro tema. La cuestión, es que hay miles de tacos en el mundo, para cada persona. También pensemos en todos aquellos zapatos que son hechos por las mismas manos, pero… son diferentes. Si ¡! Y no por ser de talle diferente. Sino porque cada uno ha pisado un terreno diferente. Es usado por personas diferentes. Es usado para diferentes situaciones. Cada zapato tuvo una HISTORIA. Y esa es la misma, la historia de nuestra vida. Por eso el gran parecido con un zapato. Pero hay un detalle muy importante. El PAR. Todos muy bien sabemos que dos zapatos son un par. Y una persona que anda con un sólo zapato, es considerada loca ¡! Y nuestra vida? Siempre terminamos apegándonos a alguien en especial. Que nos complemente. Que nos muestra el camino. O capaz que son varios otros pares. O como decimos, el mismo zapato destinado a estar ahí siempre. Puede ser nuestro verdadero amor. La media naranja. He aquí otra idea: La vida es parecida a una media. Pero esa es otra historia. Que se contará en otro momento. Se contará pero no ahora. Después será.
Clara. 2010.