Casiopea
tenía una extraña fascinación:
el deseo de los chicos borderline
se le volvía obsesión.
Quedaba desvastada,
nadie entendía la razón
Por qué padecer le halagaba
Ese juego de seducción.
Dama de cuero,
-Pero sin tachas
tamilán ni redoxon-
Cientos de talentos,
adictos a la genialidad
Claman el infierno
De tu adoración.
Chica de silicio,
Apagá el computador
Dame un giga
De arenoso corazón.
No me borres -imploro-
No tires mi número de celular
La última neurona que me queda
va rodando al albañal
Horas sin sentido
Páginas que se recalientan y se van
El download de tu amor
Fagocitó todo mi RAM
Chica, qué suplicio!
No quiero sonar a bandoneón
Pero no puedo especializarme
Disecarme, analizarme
ni evitar esta disertación.
literatura filosofia y zapatos de goma edad sueños pizza birra faso astronautas sabios suicidas salud dinero amor sexo drogas rock and roll divas miedos terapia ofenzas defensas pareja soledad humor gracia desgracia recetas poesias divagues promesas mentiras cine teatro television aburrimiento pecado virtud talento catarsis complicidad disparos obra vida muerte fantasmas heroismo calenturas pasiones inmadurez mas durez inmortalidad y airecito en la cara despues de una borrachera olvidable
jueves, 26 de julio de 2007
El bar y la lapicera
I.
Pocas cosas tan lindas como comprarse una lapicera que ande.
Que acompañe las horas con su trazo desmayado.
Desandando los tiempos y el conocimiento
a girones de ganas de andarlo.
II
A veces me gustaba sentarme en un bar a escribirlo.
Como recortes de tela, parches y rasguidos
De las mesas. Antes se podía fumar en los bares.
Entonces la mismidad no tenía medida,
entre la servilleta de papel, el café y la lapicera.
III
Si tuviera que elegir de nuevo
probablemente estaría jugando otro juego.
No deja por eso de ser luminoso
aunque el compás suene un poco tanguero
-debo haber creído alguna vez
que el guapo en su tristeza se ve más canchero
IV
Acá estamos,
Mi unicornio y yo.
El papel de envolver que me dieron en la librería
lo absorve tanto como yo lo miro. Y me halago.
Qué lindo comprarse una lapicera nueva y que ande.
2007
Pocas cosas tan lindas como comprarse una lapicera que ande.
Que acompañe las horas con su trazo desmayado.
Desandando los tiempos y el conocimiento
a girones de ganas de andarlo.
II
A veces me gustaba sentarme en un bar a escribirlo.
Como recortes de tela, parches y rasguidos
De las mesas. Antes se podía fumar en los bares.
Entonces la mismidad no tenía medida,
entre la servilleta de papel, el café y la lapicera.
III
Si tuviera que elegir de nuevo
probablemente estaría jugando otro juego.
No deja por eso de ser luminoso
aunque el compás suene un poco tanguero
-debo haber creído alguna vez
que el guapo en su tristeza se ve más canchero
IV
Acá estamos,
Mi unicornio y yo.
El papel de envolver que me dieron en la librería
lo absorve tanto como yo lo miro. Y me halago.
Qué lindo comprarse una lapicera nueva y que ande.
2007
Mamushka
Filosofía CASIO (barata)
Querido ser preguntante:
Los pájaros son bichos celestiales, así que cuando están a punto de morir encaran hacia arriba y van al más allá (de las nubes). Algunos se reencarnan en almohadas, camperas, plumeros… todas esas cosas útiles con plumas. Los que vemos en el piso de vez en cuando son aquellos que merecían ir al infierno.
Lo segundo: el régimen comunista no diferencia la diestra de la ambi (ción), y la persona a la que consideran de absoluta confianza debe cumplir un sólo requisito: ser pelirroja. Un “colo” siempre se aguanta cualquier cargada.
Finalmente… creo que lo de los gusanos es así como se lo imagina. Encontré la respuesta llegando al fondo de una botella de tequila.
Dr. Galletti
Los pájaros son bichos celestiales, así que cuando están a punto de morir encaran hacia arriba y van al más allá (de las nubes). Algunos se reencarnan en almohadas, camperas, plumeros… todas esas cosas útiles con plumas. Los que vemos en el piso de vez en cuando son aquellos que merecían ir al infierno.
Lo segundo: el régimen comunista no diferencia la diestra de la ambi (ción), y la persona a la que consideran de absoluta confianza debe cumplir un sólo requisito: ser pelirroja. Un “colo” siempre se aguanta cualquier cargada.
Finalmente… creo que lo de los gusanos es así como se lo imagina. Encontré la respuesta llegando al fondo de una botella de tequila.
Dr. Galletti
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