sábado, 4 de agosto de 2007

El Chino que le llamaba Li on!

Esta es la historia de un monje tibetano, que se llamaba Li ón, que en tibetano significaba pequeñas manitos de iguana, este nombre le fue dado, por la peculiar características de sus manos, que verdaderamente parecían de iguana, esto le significo a Lión, muchas cargadas desde pequeño, el soñaba tener un nombre que con solo pronunciarlo, la gente quedara con la boca abierta, que no se supiera si era tibetano, francés o italiano, que no se supiera si era de hombre o de mujer, pero con solo pronunciarlo, se supiera que era.
Pasaron muchos años y muchos maestros en la vida de Li ón, su ultimo maestro, había muerto, y el dalai lama, lo llamo para una misión, tendría que ir a tierras lejanas a aprender de otras culturas, así fue como Lión, salio del monasterio, rumbo a al argentina, y mas precisamente a Córdoba, una de las cosas que mas ansiaba y pensaba en su viaje era el nombre que se pondría al llegar….Fung fu?? Bruce Lee,?? Fujimori?? Telefunken,? Claro, los nombres que elegían eran los que el conocía, por que yo me hubiera puesto..Bond,,, james bond, pero bueno, siguiendo con el relato, Li ón termina en el aeropuerto de pajas blancas, al pasar migraciones le preguntan:
-Como te iamai??
_ Como mi buen señor?
_ Que como te iamai , papa!!
_ disculpe pero no lo entiendo.
_ Uh.. Que como ei tú nombre culiaui.
_ Ah... Li ón! En ese momento la bronca, la cólera lo invadió, toda la vida pensando que nombre ponerse y a la primera oportunidad que tiene, dice su nombre!! Se quería morir
_ Lión? Que nombre más pulenta cabeza!! (El de migraciones tenia una sonrisa en la cara)
En ese momento Lión pensó que tal vez, ese nombre significaba otra cosa!
Y acento con su mejor cara, ¡si, Li ón me llamo
_ Pasa pulenta,
Así pasaron los días, y Li ón, entendió el significado de su nombre, que era el de un animal exótico, el famoso el rey de la selva!!!
Por momentos pensaba que su nombre tampoco le gustaba, por que la verdad llamarse Lión, solo esta bueno en África, allí tendría un poco mas de significado, pero en tierras de la cañada no mucho, solo recibía algunas muestras de desilusión, de quienes lo habían escuchado nombrar y se imaginaban a alguien corpulento de mano firme.
Así pasaron los meses y los años, la paz del tibet era cosa del pasado, y la vorágine de la ciudad se lo comía, del tibet, ya no le giraban dinero y comenzó a desfilar por diferentes trabajos, en una AFJP y una tarjeta de crédito, son los que recuerdo ahora,! Allí, pudo compartir mucha de su sabiduría, y tomo a varios como disipulos suyos, su predilecto aunque el siempre dijera que no, era “Escuerzo Desterrado" (por su apariencia de "sapo de otro pozo"). Este tenia una fijación y era que las cosas siempre cambian, que están en constante evolución, Lión, que cuando se le pone algo en la cabeza, no lo saca nadie de esa idea, mitad por cultura y mitad por no dar el brazo a torcer le decía que no, que en esencia las cosas siempre son las misma (aunque por dentro recordaba lo que su nombre quería decir y lo que significaba en el fin del mundo).
Hoy su discípulo, aliviado como a alguien que se le despapa la nariz después de cuatro meses, Reflexiona sobre las palabras de su maestro, “las cosas cambian, pero la esencia se mantiene”

el chino y el cambio

Había una vez un templo oriental. En el templo oriental había monjes orientales.Tenían todos nombres extraños. Nombres compuestos por adjetivos calificativos y sustantivos, que unidos, daban una significación especial. Esos nombres solían ser un peso no confesado para quienes tenían que soportarlos sin queja alguna. Los pocos monjes que lograban salir de su claustro hacia el mundo exterior, lo primero que hacían era cambiar sus nombres por otros más amables y sociales (Así, uno de ellos, pasó de ser un ignorado "Pequeño Saltamontes", al más sofisticado Wain Chain Kein - quien por burla del destino y a pesar de haber pasado meses inventando su nueva denominación, se hizo famoso como "el Kun Fú").Esta es la historia de uno de esos abnegados monjes. Le habían denominado "Escuerzo Desterrado" (por su apariencia de "sapo de otro pozo").Escuerzo Desterrado aprendía todo lo que sabía de su maestro ciego, denominado "Murciélago Encandilado".Día a día, el pupilo y su anciano guía pasaban las horas meditando sobre la existencia del ser, la transmutación de las diferentes vidas reencarnadas, la peligrosidad de la sal para el colesterol malo y los efectos nocivos de ser escrachado en el boletín interno del templo.-La vida es una eterna rueda, donde las cosas se repiten constantemente, sin cambios reales... - decía concentrado el maestro, mientras meditaba bajo los árboles del jardín oriental.-Yo creo que las cosas cambian- decía el pupilo.-Tu arrebato juvenil te confunde- explicaba el anciano.- En el fondo, las cosas permanecen inalterables.El día estaba soleado y al más viejo le gustaba aprovechar los climas agradables para salir a meditar al jardín. Se acomodaba en un lugar estratégico, debajo de un álamo centenario que lo cobijaba bajo su frondosa sombra. Su ceguera y sus más de cien años no le permitían moverse con comodidad, por lo que tardaba más de tres horas en cruzar el camino desde el templo hasta el álamo, pero era tal su agrado por el lugar, que asumía el riesgo cuando el día valía la pena.-Las cosas se mantienen, y sólo lo superficial se mueve. Las cosas se mantienen, permanecen inmutables.El sol empezó a cubrirse y una tormenta repentina empezó a imponerse en el cielo.-Lo real es lo que perdura. Las cosas no cambian - repetía el maestro.El joven, que vio venirse el vendaval, y que se aburría rápidamente de la monotonía de sus charlas con el guía, empezó a aprestarse para volver al templo.-Ha cambiado el clima, está por llover, volvamos - dijo en voz baja (al viejo no le gustaba que lo distrajeran de sus cavilaciones).-Las cosas no cambian - repetía el viejo sin escuchar al interlocutor.-Me voy al templo... Ud. viene?-Las cosas no cambian...El joven salió corriendo cuando las primeras gotas empezaron a caer como bombas de agua. Antes de llegar al templo ya caían piedras de medio kilo cada una. Y cuando se dio vuelta para ver a su maestro, ya el fuego de un feroz rayo estaba devorando el álamo centenario, y al propio sabio.-¿Y el maestro Murciélago Encandilado?- le preguntaron, preocupados los otros monjes.-En el jardín, meditando - dijo el pupilo.Chamuscado por el fuego, un pedazo de braza de la que sólo se reconocían los dientes y los ojos, el viejo seguía sentado en su posición de loto, como si nada hubiese pasado...Por primera vez en ciento siete años, el viejo maldijo, pensando en el placer oculto de su joven alumno.- Ya lo sé... ya lo sé...- dijo, masticando su orgullo...- Algunas cosas cambian... (una nube de humo gris emanaba se su cuerpo ardido...)Moraleja: Sólo un ciego cree que todo sigue igual. LAS COSAS... CAMBIAN!!!!Hagan sus aportes señoras y señores: sean positivos y propongan cambios inteligentes. No hay por qué resignarse a nada si la causa es justa, positiva e inteligente: las cosas cambian!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

(Escrito para un empleado de mi equipo, allá en 1997. Luego publicado en el house organ de la empresa, como de autor anónimo, en el mismo año)

el chino y la fuente

“FUENTE: TE ESCUCHO”


Caminaban el maestro y el joven pupilo por las frescas galerías que rodeaban el patio central del monasterio, y que daban una sombra saludable para esa hora de la siesta. Las macetas recién regadas, distribuidas a lo largo de todo el espacio, ofrecían un marco natural a la rústica construcción...
- Escucho la fuente que está en el centro del patio, suena con un ritmo constante... ¿Lo has notado?
- Ssá...- apenas murmuró el joven, que a la hora de la siesta prefería meditar en su celda, recostado relajadamente en su catre, y en cambio se vio presionado a acompañar a su maestro. “Ssá” quería decir “sí”.
- Fluye desde el centro de la tierra... ¿Oyes? Avisa que surge viva hacia la superficie, sin descanso, sin demora...
- Sssá...
- Rompiendo la ley de la gravedad, pura, cristalina... ¿Escuchas? La esencia de la naturaleza...
- Ahaaá... –que a la hora de la siesta significaba “Coincido ampliamente contigo, mi gran maestro”.
- Escuchas su sonido al caer contra la piedra cóncava que contiene el líquido vital para calmar la sed aguda de los hombres y de las aves, avisando a todos: “Estoy aquí, vengan y bébanme!”...
- Uuyyy!...aspiró el pupilo.
- Uuuaaghh!!!!- exclamó el anciano, cuya ceguera no le permitió evitar la pesada maceta de malvones, que sirvió de tope a su andar tranquilo pero sin pausa. Se quebró apenas el macetón de barro: el tajo más grande fue en la frente calva del viejo ciego.
- Le dije “Uuyyy”- agregó el muchacho mientras asistía al sabio, que estaba acostado en el piso, las manos sujetando la herida, la sangre por toda la cara, contraídos los músculos faciales por el dolor...

Debería saber el anciano que “Uuyyy” a la hora de la siesta, quiere decir “Ojo, viejo, que te vas a tragar la maceta de malvones!”.
Porque a veces hay que saber qué escuchar, y dónde poner atención. No siempre escuchamos lo que debiéramos, y por eso se sufren consecuencias desagradables.

Desde ese día el maestro mostró una cicatriz que arrancaba debajo del ojo izquierdo y terminaba por sobre la frente del lado derecho. Y el joven pudo dormir tranquilo todas las siestas...

Escrito en 1997, para un empleado que le daba demasiado crédito a toods los rumores de la empresa, y se dejaba influenciar por ellos. En 1997.