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viernes, 4 de junio de 2010
ADN SENTIMENTAL
Hoy es jueves por la noche, ya entrando al viernes, estoy en la cama. Cansado, agotado físicamente y también mentalmente , había perdido este habito de escribir, lo deje bastante tiempo, aunque en ese tiempo también leí bastante, una manera de recargar el cerebro, pero un poco me asusta esto, he escrito miles de cosas que quedaron a la mitad, se me vienen ideas todo el tiempo, cosas profundas, que tiene muchísimo que ver conmigo y cosas atrozmente pelotudas, pero pelotudas enserio, y las pienso en la calle o donde sea y cuando agarro la compu empiezo a escribirlas, así sea una cosa profunda o una boludes, cuando escribo estoy conectado 100% con mis emociones con mi sentir, estos 20 minutos que le dedico a escribir, me relaja me pone feliz y me conecta conmigo.
Hoy igual la pase como si fuera martes, los martes son los peores días de la semana, cualquier cosa puede pasarte un día martes, te afanan , algún garca te garcha justo ese día, en fin..
pero hoy por la tarde recibí un llamado inesperado, me llamo una ex, que hace mucho mucho que no se de su vida, y no sé cómo consiguió mi teléfono y entre pitos y flautas, me contó como esta, que está haciendo y que es de su vida, la hija de puta además se encargo de refregarme en la cara lo maravillosa que está ahora y me contó las miles de virtudes de su nuevo novio, como si a mí me interesara, seguimos la charla un ratito mas y corte, al minuto, recapitule, pensé, para que mierda me llamo?? Que quería?? En fin , nunca entenderé a las mujeres, pero me puse a pensar en su historia actual en mi que soy su ex y en su novio anterior, al que conocía, yo tengo un defecto-virtud, que me olvido de las cosas negativa de la pareja, y solo recuerdo los maravillosos días que pasamos juntos!! Pero es curioso que el amor, con su delicada complejidad, sus anécdotas difíciles, sus temerosos protagonistas y sus engaños (como dice la bersuit, yo veo al futuro repetir el pasado) esconda, en su centro, una secreta e irreducible matemática. Porque así como un Ipod, sé le saca la pantallita y la carcasa que tiene, queda reducido a un simple reproductor de música, el amor también puede ser, sin su adorno, un sencillísimo patrón binario:
X Y X Y X Y
LO A CONTINUACIÓN REDACTO ES FICCIÓN, SI ALGUNOS DE LOS PERSONAJES SE ASEMEJA CON LA REALIDAD, ES PURA COINCIDENCIA
Mi amigo Marcos Álvarez, por ejemplo, tuvo cuatro relaciones importantes a lo largo de su vida. La primera fue con una novia de la adolescencia, con la que tuvo un vínculo intenso, macizo, absoluto. Se completaban de forma tan simétrica, que no podían vivir el uno sin el otro. No obstante, su amor era tan apasionado como sus peleas, y los años, la rutina, los engaños, finalmente, luego de cinco años de felicidad inestable y dolorosa, se separaron para siempre.
Luego de esa relación, Marcos Álvarez se puso de novio con una estudiante de medicina tranquila y compañera que le trajo paz y estabilidad. Conoció por primera vez lo que era una rutina gratificante y reposada: iban juntos al cine, cenaban con amigos o hacían arreglos de la casa los fines de semana, era para su entorno, la novia ideal, bella, inteligente, simpática. Pero en el medio de tanta felicidad ocurrió una tragedia: Marcos Álvarez se enamoró de otra.
La otra, según Marcos Álvarez, era una mujer brillante. Con él floreció: Salieron mucho, viajaron por ahí, y trataban de compartir la mayor cantidad de tiempo junto. Fue una etapa muy productiva pero muy triste de su vida, porque si bien estaban muy enamorados, también vivían compitiendo. Él vivía haciéndola sentir menos, y ella, que en el fondo también creía que era inferior, no pudo dejarlo sino hasta que lo encontró con otra.
Luego de esa experiencia Marcos Álvarez cambió para siempre. Colgó los guantes y se cerró de manera serena y cerebral. Conoció a una economista estricta y organizada que le ordenó la vida. Se enamoró y se casó a los seis meses, tuvo dos hijos, y ahora vive sin sobresaltos, cuidando a su familia.
Este ejemplo tiene, como única intención, ilustrar una obviedad: después de una relación “X” (la primera novia), sólo es posible una relación “Y” (la doctora), al pasar mucho tiempo en la serenidad de una relación “Y”, invariablemente buscamos una del tipo “X” (la mujer brillante), que termina por empujarnos, heridos y desesperados, a los brazos de una persona que nos sane, o una relación “Y” (La economista).
Las relaciones “X” son las fundadoras del cliché de la media naranja, porque pudiéramos resumir la relación en un sólo sentimiento, sería justamente ese: el de haber sido completado por otra persona. Son, además, si se me permite el lugar común, puro fuego. Su amor tan intenso, tan perfecto, tan profundo, que emborracha. Es la perfecta sincronía del cariño mutuo. Es como el amor de las novelas, de los libros, del cine. Sin embargo, tanto amor tiene sus efectos colaterales: toda la pasión es también ira, toda la simetría es, a su vez, competencia, y toda la genialidad es, además, narcisismo. Las relaciones “X” son un agujero negro: una opulenta fuerza que absorbe y asfixia a los integrantes de la pareja.
Las relaciones “Y”, por el contrario, son confortables y serenas. Iluminan a las personas como estrellas tibias que sanan, mejoran, que hacen bien. Son vínculos apacibles, considerados, duraderos que construyen matrimonios rutinarios pero sólidos, para toda la vida. Sin embargo, son, de manera simple y espontánea, vínculos incompletos. El otro miembro es, a lo sumo, un buen compañero, un gran padre o un cable a tierra, pero jamás un amor absoluto.
Para ilustrarlo mejor, voy a ensayar algunos símiles: las relaciones “X” podrían ser una exquisita torta de chocolate con ocho capas de dulce de leche y merengue italiano, y las “Y” un sutil budín de limón o una torta de manzanas. O una sinfonía y una sonata. O un auto de fórmula 1 y un compacto de dos puertas. O por qué no, una corbata de poliéster y una corbata de seda italiana.
El amor se mueve, entonces, sinuoso como una víbora indecisa. Quien elige a un “X” corre el riesgo de morir herido en una pelea y el que se casa con un “Y”, de morir insatisfecho. Sin ir más lejos, es muy común escuchar a un hombre decir que si se volviera a casar, lo haría con una mujer tranquila y compañera que “no le rompa las pelotas” o a una mujer decir que su marido es buen padre y esposo, pero que le falta algo.
Siempre que una mujer abandona a un hombre del que está muy enamorada, sólo está dejando a un “X” que le hace daño; y cada vez que una mujer es infiel, en realidad está tratando de quedarse con lo mejor de ambos mundos: un hombre “Y” que la cuide, y un “X” que la haga sentir perfecta.
POR ESO LAS MUJERES BUSCAN UN “X” y un “Y” JUNTOS COSA QUE NO EXISTE, YO CREO QUE VARIO ENTRE “X” y “Y” DEPENDE SI ESTOY CON UNA “X” o una “Y” LO CUAL COMPLICA MI PANORAMA, YA ENTRE TANTA “X” e “Y”, PARECE MAS UN ADN, U OTRA COSA. SOLO ESPERO ENCONTRAR UN “Z” EN MI VIDA
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