Con retazos que salvó del naufragio,
ése que la arrojó a esta orilla
desde donde ahora mira sin afecto
la anchura inescrutable del océano
que ya no la intimida,
que manso se apacigua
en salobres cosquillas
bajo sus pies ligeros.
Con retazos y con algas,
caracoles, escamas y guijarros,
con plumas y con alas
de gaviota, de grillo y de cigarra,
armaría la trama de un vestido nuevo
para vestir en las tardes
de su andar por las orillas.
Cantando los restos de las palabras dichas,
a la hora en que el sol depone sus fulgores
en la entraña azul del poniente,
impregnando la noche
que pare una a una sus galas estrellas
2 comentarios:
Me gusta tanto la idea de un naufragio, de esos restos llegando como resaca a la playa y el efecto de nostalgia que provocan en la que ha decidido quedarse en tierra firme.
Es muy bello, nos deja la imagen de una decisión imposible, de esos pedacitos que llegan como fragmentos del propio cuerpo cuando decide perder. Perder, etimológicamente, significa darlo todo.
Adhiero. ´Cuanta belleza.
Aunque retazos suene a retos grandes. Y eso, tanto a grandes desafíos como a regañadas memorables por igualmente dimensionables travesuras infantiles.
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