-ya se que queres que veamos la peli, pero tengo mucho sueño... preparaste todo para esta funcion privada en la cama, la bandeja, los almohadones, todo, pero dejame ser egoista y no te enojes... vos poné el volumen despacito y dejame que yo me duerma, estoy muerta de cansancio - dice ella.
-que vieja aburrida y floja que estás ultimamente... dale, dormite... no hay drama- contesta él, y le da un beso rápido y cariñoso. Y piensa lo afortunado que es porque ella no sospecha que el egoista en realidad es él. No encuentra mayor placer que verla dormida a su lado, cuando la siente cerca, calida, silenciosa, relajada, exclusivamente suya.
1 comentario:
la simplicidad conmueve.
El silencio también.
Publicar un comentario