martes, 6 de julio de 2010

SEASON 33


Soy un convencido que las segundas partes, nunca son buenas, hay miles de cosas que no vería, ni haría, ni hablaría dos veces, muchas de esas pierden la magia, pierden la sorpresa, lo espontaneo.
Pero regresar a Guadalajara, fue increíble, ver a la ciudad, a mis amigos a la gente que quiero desde otro lugar, con la vista descansada, con la mente despejada todo se vive y disfruta diferente, y la verdad que me encanta, me encanta esta sensación.
Hay momentos en que el círculo se cierra y aparece el sentido, caen las fichas, se ve la luz, se entiende todo. Ayer tuve uno de esos momentos, fui a desayunar al lugar que desayune durante años aquí, y toda la película se me pasó por delante, vi mi vida aquí, vi mi vida en argentina, vi lo que logre y crecí en todos estos años.

Salí de allí y fui caminando a un restaurant que también me gusta mucho y el dueño es amigo mío, allí me juntaba con otros amigos a festejar un cumple, Caminé liviano, “qué loco lindo” decían las miradas de los vendedores de tacos. Yo, el protagonista de la película que es mi vida, miré a cámara cómplice y pícaro habiendo logrado lo que me proponía. Sí, ayer tuve un momento al mejor estilo final de película independiente ganadora del festival canes.

Duró hasta salir del resto, después el día avanzó y como siempre aparecen cosas que abren nuevos círculos o reabren viejos, se plantean nuevas dudas pero ayer entendí algo, algo que cambiara mi manera de ver la vida...ayer entendí por primera vez,. Que la vida, más que una película,………… es una serie.

1 comentario:

Talles Azigon dijo...

Estoy de acuerdo con usted cuando se desarrollen los procedimientos el brillo no sé por qué existe esta necesidad de saber lo que ocurre a continuación, el arte no tiene por qué antes o después de que el arte es el momento