miércoles, 30 de diciembre de 2009

Check and balance. O monólogo interno.

Llegó mi cuatrigésima navidad. Traigo las dudas de siempre, los azares de antes y la alegría al pelo. Pinto algunas canas. Vengo verborrágico, un poco despistado y medio perdido en una marea de asombro. Me emociono fácil. Presencié tres partos. Todavía no he logrado que me guste el deporte ni he terminado de estudiar. Joaquín me asombra y me espeja. Es fascinante esto de verme como un modelo a escala. No logro saber quién de quién. Me pregunto si el Cacho se habrá sentido así conmigo. Me decía mamá que cuando yo tenía la edad que joaquín tiene ahora él se quedaba conmigo sólo, todas las tardes, cuando ella se iba a dar clases. Qué diálogos, qué silencios y qué juegos habrán sido esos. Veo crecer a los hijos es como si se me fuera yendo el alma con el viento. También -más de a ratos-, encuentro a mis amigos caminando al lado. Manteniendo el paso cueste lo que cueste. Sigo descubriendo en las frases, en los abrazos, las pequeñas cosas que nos acercaron. Todavía no sé de política. Menos, discutir. Mas bien, como en un principio, sigo bastante sordo, un poco ciego y, aunque no parezca, mudo. Un poco. Compro buzones. Pago con tarjeta. El resumen es largo. Nunca me gustó Tinelli, ni la su, ni la mirta. Pero ahora no aguanto mucho que digamos la tele. Me cuesta la fiaca, aunque cuando arranco, arranco. Cecilia parece entenderme de memoria, o simplemente resignarse a no entenderme. Lo que comparto. Me encaramo en su mano pero para hacerla rabiar lo suficiente para que no me deje del todo.

3 comentarios:

lión dijo...

la vida tiene algo absolutamente previsible: la sorpresa. insolitamente nos sorprendemos por ser lo que somos, aun cuando hemos sido asi, desde siempre, aun desde antes de haber comenzado. somos como somos desde el principio de los tiempos, y lo curioso, es que eso nos siga sorprendiendonos, encontrandonos desprevenidos. a los 16, yo ya te sabía. ya eras el que ahora sos, tal y como se como vas a ser dentro de los proximos 40 años

Mil Grullas Montes de Oca dijo...

Es increíble como a pesar de que mi trabajo son las palabras las había desnaturalizado de su escencia mágica y su capacidad para dibujar fantasías o realidades por igual a un nivel más profundo que el que le da la diaria. Esa libertad que da el movimiento del teclado enardecido no lo sentía hace rato. Bienvenio sea el espacio.
Todo eso que somos y en lo que nos convertimos nos parece sí, sorpresivo al decir de Lión, pero a su vez suena lógico cuando miramos los caminos andados y aún los desandados, las opciones elegidas y aquellas cosas que no sé por qué dejamos pasar. ¿Qué nos hizo los que somos? Hoy que veo mi vida expandirse en las alas de un hijo pienso en cuán extraña me parece cada situación, y sigo sorprendiéndome como si todos los caminos conducentes al amor no hubiesen llevado a su existencia. Qué bueno es que nos sigamos sorprendiendo como si tal consecuencia o hecho nos tomara desprevenidos. Celebro la mirada perdida, el suspiro sonriente y el giro de cabeza de ese "qué increíble, no?" Porque en un punto implica complicidad con el presente y enternecida aceptación de lo que nos trajo la vida, lo esperásemos o no. La vida es ese tejido a dos agujas del que mi abuela hablaba. Ella me quiso enseñar mil veces, siempre le dije que tenía poca paciencia. Ahora que lo pienso mejor, al fin y al cabo sí aprendí a tejer, no con su destreza, pero veo en muchas cosas de mi vida sus puntos.

agu manzano dijo...

sigo... te sigo...
agu