- te estoy hablando- dijo ella, sentada, mesa de por medio, vestida unicamente con la remera suya que él ya no usaba para correr.
la tasa de cafe sujeta con las dos manos.
- ves que no me escuchas?
los ojos de él, hinchados todavía por el sueño, que tarda un rato en despejarse de las caras recien levantadas.
- te estoy hablando...
con el potencial adormecido que se tiene a las 7 y media de la mañana, la miró, sin concentrarse en algo especifico.
- hace veinte minutos que te estoy hablando, y vos nada.
se levantó lento, y con el ultimo registro, percibió cómo la cara de ella empezaba a demostrar la sorpresa por su reaccion.
silenciosamente, colocó la tasa de su café en su platito.
- ah, bueno... dijo ella, que colocó su tasa con mucho menos sutileza, en su platito.
él habia pensado mucho su discurso.
hasta lo habia ensayado.
pero solo dio media vuelta. subio las escaleras. se dio un baño. se vistio. armó el bolso. salio a la calle y respiró.
ya fue. no iba a volver a pisar ese departamento en toda su vida.
al final, no le resulto tan dificil como habia pensado.
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